“ Un día, después de hablar por teléfono con él, le comenté que tenía mucho dolor en la parte alta de la espalda y el pecho. Me dijo: «Te enviaré energía para aliviar el dolor». De repente, poco después de nuestra conversación, empecé a sentir una hermosa y relajante energía cálida que me recorría la espalda y el pecho”